lunes, 18 de junio de 2012

2666 de ROBERTO BOLAÑO


Consciente de la posibilidad real de una muerte prematura, producto de su enfermedad, el escritor chileno Roberto Bolaño decide escribir esta obra magna, casi inabarcable, con el objetivo de dejar solventado el futuro económico de sus hijos. Con este fin dejó instrucciones para que su legado póstumo se dividiera en cinco novelas que serían publicadas con la periodicidad de un volumen al año. Sin embargo, una vez leído el texto los herederos deciden de común acuerdo con el editor, Jorge Herralde y con el crítico Ignacio Echeverría, al que el propio autor dejó al cargo de sus asuntos literarios, publicar la novela en un solo volumen. De este modo respetarían el carácter unitario del texto, en detrimento de los deseos (más económicos que literarios) del autor.
Y es que, pese a estar escrita en cinco partes bien diferenciadas, 2666 es una novela total, de estructura abierta, como Los detectives salvajes. En sus páginas se entrelaza la búsqueda de Benno von Archimboldi, un enigmático escritor alemán, de cuya vida nada se conoce, con los crímenes de mujeres en Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez), situada al norte de México en la frontera con el desierto de Arizona.
2666 es, como El proceso de Kafka, una novela póstuma más inacabable que inacabada, un relato abierto que se alimenta de sí mismo y del resto de la obra del propio Bolaño, en la que el lector puede entrever el umbral de nuevos caminos literarios que otros transitarán a lo largo del recién estrenado siglo.

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