López es una adolescente que se refugia en la soledad y los libros para
subrayar su singularidad, para separarse de sus compañeras en un colegio
religioso de Buenos Aires a las que cataloga por su pertenencia a los diversos
grupos de los que ella no se siente parte. Dedica sus días a cultivar lo que la
diferencia hasta que aparece en la escuela una chica nueva, Felisa Wilmer. Su
aire cosmopolita, su dominio del inglés y sus cicatrices, visibles e
invisibles, la hacen única, diferente, elevando su singularidad por encima de
la de la de la propia López, que cae rendida al magnetismo de su
irracionalidad.
Betina González se ha hecho acreedora del VIII Premio Tusquets Editores de
Novela, otorgado en noviembre de 2012, con esta historia magníficamente narrada
sobre el impulso autodestructivo adolescente, sobre el descubrimiento del sexo
y del amor, en la que laten el secreto y la amistad, el pacto y la rebeldía, el
inevitable espíritu sacrílego escondido en la religiosidad.