“623 gramos. Devuelvo las cenizas a la urna. La cierro y respiro hondo.
Calculo. 2 quilos y 760 gramos menos que al nacer.”
Así arranca esta novela llena de poesía y dolor, con el narrador
enfrentándose a la muerte de su hija, lo que sirve de espoleta para que
estallen los recuerdos, para hacer repaso de una vida marcada por los traumas
de la infancia y las esperanzas de juventud. Hasta desembocar en la edad adulta
con una sensación de derrota alimentada por las perdidas.
La amistad, el amor, la muerte, el tiempo perdido son los temas que
vertebran un relato sobre vidas rotas de personajes que caminan sobre el
alambre hacia su autodestrucción.
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