Clara, maestra de profesión y escritora de vocación pero escaso éxito,
recibe el encargo de una editorial de escribir una guía de viajes del norte de
Alemania. Pero Aramburu, en lugar de usar el punto de vista profesional y
nativo del país germano, hace que sea su marido el que nos haga la crónica del
viaje; un no escritor español de humor socarrón y mirada escéptica hacia la
literatura. Esto permite que, en lugar de ser un catálogo descriptivo de
paisajes, monumentos y museos, el libro se convierta en una novela en la que el
narrador nos hace partícipe de los detalles más personales, tiernos e
hilarantes de esta aventura, mostrándonos el amor reposado pero cómplice de una
pareja tras años de convivencia.
Y no podemos evitar pensar que quizás haya algo del propio Aramburu en ese
personaje con ciertos paralelismos biográficos (y de sentido del humor) con el
autor. Aunque, como nos sugiere el propio Aramburu en su novela, escribir sea
una impostura. En todo caso, esta
presunción es el punto de partida de un divertido juego narrativo sobre la
autoría, el proceso creativo, los escritores y el ego del autor. Un divertido
viaje por el universo Aramburu.
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