Tras más de diez años escribiendo guiones para televisión y de poner en
marcha el proyecto de Relatos Mínimos,
Pablo Fernández Barba debuta en solitario con este libro de relatos editado por
Maclein y Parker, una de las editoriales que más está apostando por sacudir el
panorama sevillano de las letras. El
lector que se acerque a El corazón en la
pupila se encontrará con la sorpresa de un trabajo lleno de poesía y humor,
en el que su autor convierte la palabra en un elemento con el que jugar. El
idioma es la llave del abracadabra que abre las puertas a la prestidigitación
de la creación literaria. Porque en sus cuentos, Pablo reivindica la
imaginación como una forma de vida. Por eso la magia parece surgir de lo
cotidiano, de lo sencillo, fusionándose con un humor sutil, casi onírico, más
dado a la sonrisa que a la carcajada. Tal vez el truco consista, como nos dice
el autor, en mirar la vida de otra forma, con una pupila excitada por los
órganos sensitivos, o en respirar todos con un mismo aliento y descubrir que el
sentido de la vida reside en no preguntarse cuál es sentido de la vida. Sólo
así podremos colarnos en un concurso de sueños, escribir un tratado sobre el
bostezo, o inventar una máquina de ilusiones que pueda competir con el cine.
Tal vez sólo así podremos viajar con Israel Sivo en busca del mar, o abandonar
los confines del primer pueblo del mundo en busca de todo lo posible y lo
imposible. Prepárese el lector para entrar en un mundo dibujado con palabras
que las ilustraciones de María Torre Subirá han sabido plasmar con precisión de
cirujano.
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