Retrato del Japón de los años sesenta, cuya juventud empieza a
occidentalizarse a través de la música y la cultura anglosajona. Watanabe, un
joven adolescente japonés enamorado del rock y aprendiz en el arte de vivir, se mueve entre dos mujeres.
Naoko, la representación del Tánatos, el impulso de autodestrucción que se
esconde en todos nosotros y Midori, que encarna al Eros, la alegría dionisíaca
de vivir y el descubrimiento de la sexualidad.
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