El pasado 1 de diciembre se estrenó en Londres la
tercera entrega de la adaptación cinematográfica de El Hobbit de Peter Jackson, que no podría haber imaginado que el
subtítulo La batalla de los cinco
ejércitos resultara ser premonitorio de los inesperados acontecimientos que
se produjeron a la entrada del cine Leicester Square. Mientras los seguidores
de la saga de Tolkien esperaban pacientemente, disfrazados de elfos, hobbits y
guerreros de la Tierra Media a que los protagonistas de la película aparecieran
por la alfombra roja, un nutrido grupo de personas ataviadas como personajes del
universo extendido de Starwars,
ayudados por un pequeño número de trekkies enfundados en sus uniformes de la flota
interestelar, los atacaron al grito de “Viva la ciencia-ficción. Muera la
fantasía épica.” Esto provocó que las calles de Londres se convirtieran en
improvisado escenario de una batalla campal en la que podían verse a soldados
de las tropas de asalto imperiales combatiendo contra hobbits y enanos, o a
caballeros jedi cruzando sus espadas láser de plástico contra el falso acero de
las espadas élficas.
Los reporteros gráficos y camarógrafos que habían
ido a cubrir el evento dejaron constancia de algunas imágenes dantescas producto
del peculiar enfrentamiento. En periódicos y noticiarios de todo el mundo hemos
podido ver a un grupo de hobbits queriendo levantar en peso a un adolescente
obeso disfrazado de Jabba el Hut en un intento estéril de lanzarlo al Támesis, a
Gandalf corriendo a bastonazos a un indefenso Darth Vader al que el poder del
lado oscuro de la fuerza parecía haber abandonado, a Galadriel y a la princesa
Leia enzarzadas en un a modo de lucha grecorromana arrancándose extensiones,
falsos roetes y cabello de verdad… La contienda se extendió por las calles
cercanas a Leicester Square durante poco más de una hora hasta que la policía
londinense pudo controlar la situación.
Al parecer, la semilla de la discordia había sido
plantada mucho antes, como no, en el escenario virtual de internet. George L.
Hampshire, presidente del Club de Fans de Starwars
en el Reino Unido, negó rotundamente cualquier participación de esta
organización en la trifulca. “No podemos más que condenar lo sucedido. Los que
participaron en esta pelea son unos cuantos exaltados que en absoluto
representan el espíritu de los seguidores de La Guerra de las Galaxias.” Al parecer, esta curiosa
enemistad, según explico el Sr. Hampshire, tiene su origen en la red de redes.
“Desde que la factoría Disney se hizo con los derechos de la saga de Starwars, los seguidores de Tolkien vienen
utilizando las redes sociales y multitud de blogs para hacer chanza de nuestros
personajes favoritos. Cuelgan fotomontajes de La Bella y la Bestia con los rostros de Chewbacca y la Princesa
Leia, de Blancanieves y los siete Ewoks,
o al Pato Donald vestido de Han Solo. El colmo fue cuando hackearon la web oficial de Starwars y colgaron un video del combate entre Luke Skywalker y
Darth Vader con el audio de Supercalifrastilisticoespialidoso de Mary Poppins. Para muchos eso fue una
declaración de guerra.” Al preguntarle cual creía que era el motivo por el que
algunos trekkies se habían unido a la trifulca, George nos contestó que
“llevaban décadas muy quemados. Cada vez que se ponían sus uniformes de la
flota interestelar para una convención les preguntaban por qué iban en pijama
por la calle.”
Tras el incidente, como era de esperar, se ha
producido una escalada de los enfrentamientos verbales en internet. El
presidente de la Asociación de Amigos de los Hobbits del Reino Unido, por
ejemplo, se ha dedicado a apagar el fuego con gasolina con declaraciones
subidas de tono. “Las sagas no tienen punto de comparación. Tolkien era un
erudito que creó un universo complejo e inventó el élfico, un idioma lleno de
armonía y elegancia. George Lucas se limitó a plagiar La fortaleza escondida de Akira Kurosawa y el idioma klingon es un
horror gutural que se eructa más que se habla.” Para colmo, los seguidores más
ultras de Juego de Tronos, ofendidos
por el menosprecio a la fantasía épica, se han unido a la guerra dialéctica y
se han ofrecido a los tolkinianos para ayudarlos en futuros combates. Los
fanáticos de Las Crónicas de Narnia, por su parte, se reunieron con el mismo
fin. Pero al comprobar que a duras penas superaban la decena, decidieron no
inmiscuirse y han aprovechado para intercambiar sus números de teléfonos y
organizar una quedada el último fin de semana de cada mes.
En vista de la deriva de los acontecimientos, en
Scotland Yard temen que se produzcan nuevas refriegas por lo que han redoblado
la seguridad en las salas de cine. David Cameron se ha reunido en secreto con
sus colegas de la Unión Europea en previsión de que la guerra entre los
universos extendidos llegue al continente y en Estados Unidos el presidente
Obama ha dado orden de que el FBI vigile los campus universitarios como
prevención.
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